domingo, 29 de julio de 2007
"Tocate una que sepamos todos!" (Música V)
Para no perder la costumbre...
Andrew Bird, "Armchair Apocrypha": Prueba de que los ñoños podemos hacer excelente música, si nos dedicáramos más a eso y menos a los juegos de rol. Con guiños al pop, al jazz y la música clásica, y mucho violín (el violín es a la música actual lo que el saxo era a la música de los '80); AB sacó un disco lleno de palíndromos, mecheros bunsen, los antiguos escitas, materia oscura, apócrifos y sillones, por supuesto.
The Knife, "Silent Shout": Finalmente, tras más de 30 años de existencia, la música electrónica está alcanzando algo parecido a la madurez. Liberada de esa necesidad de ser aburrida cómo mirar una vaca pastando y de oscilar entre lo frío y distante y la música ambiente, se está acercando al público más simple (como yo). Para mi colección de títulos de temas: "We Share Our Mother's Health." Priceless.
LCD Soundsystem, "Sound of Silver": Discazo. Llegó el dance! A mover esas cachas! Dejá de darle al mousse de chocolate como si pesaras 20 kilos! No hay dos temas parecidos, pero son todos excelentes. Especialmente "All My Friends" y "New York I Love You, But You're Bringing Me Down" (para los que desde acá defienden el "milagro neoyorquino" sin haberla pisado nunca)
Micah P.Hinson, "Micah P.Hinson and The Opera Circuit": Baladas desde Abilene. Música que suena cansada, como una fiesta que se estiró demasiado tras el carnaval carioca, o como una rueda de tractor abandonada al costado del camino. A medio camino entre Tom Waits y Leonard Cohen, si bien no llega a las alturas de ninguno de los dos sigue siendo un disco de puta madre.
Me voy a almorzar. Ewige Blumenkraft!
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