domingo, 20 de enero de 2008

Música? Sí, gracias.

Cuánto hacía que no posteaba nada sobre música? Eh? Eh???

Lo siento, no he encontrado nada nuevo en estos últimos tiempos. Esto es más bien un raspar el fondo de la olla. Simplemente les comentaré algunas de las cosas más bizarras (odio la palabra "bizarro" dicho sea de paso) que he oído últimamente.

Coldplay "Clocks (Salsa Version)": Empiezo por lo más conocido. No es taaaan raro. Es divertido escuchar esta versión, nada más.

Southwest F.O.B. "Smell of Incense": Les doy una pista: es una banda de los '60. A qué no adivinan de qué estilo? Los que dijeron "cumbia" pueden retirarse. No, por la puerta no. Arrójense a ese pozo sin fondo, gracias. Psicodelia! Yeah, baby! Shaggadelic! El mundo se ha perdido un gran drogón en mí. Ah, la banda es oriunda de Dallas, TX, la capital mundial del movimiento psicodélico, como todos saben...

Etta James "The definitive collection": Y volví al blues. No al blues chonguete ése que escuchan los que se quieren hacer los marginales y se someten a torturantes sesiones de B.B.King y Howlin' Wolf sólo porque los Stones los nombran. Me refiero al blues/soul. Y Etta James es una de esas divas de la época en que para ser una genia de la música tenías que tener un peso similar al de un acorazado de mediano porte. Qué importa? Ella, como otras divas del R&B, el blues y el soul son parte del ejército más formidable de erotismo musical. "I just want to make love to you" era escandalosamente sexy en los '60 cuando la cantaba Mick Jagger. Sigue siendo escandalosamente erótica hoy, en la versión de Etta James.

Trans-Siberian Orchestra "The Lost Christmas Eve": Nah, ni lo escuchen. Es algo que sólo yo puedo disfrutar. A ver...cómo lo explico? Es un grupo que hace música navideña (sí, leyeron bien) en versión grandiosa/melodramática/heavymetalera/freddymercuryana. Es totalmente kitsch. Hay gente que escucha "ABBA" porque es kitsch. O ve Almodóvar. Yo escucho "Wizards in Winter" de este disco y me divierto. Nada que hacerle...las fiestas son la mejor época del año! Todo el año es Navidad!
Tengo que salir más.

Mama Ladilla "Naces, Creces, Te Jodes y Mueres": Intento con toda mi energía aparecer como un bon vivant de vasta cultura, entregado al epicureísmo y a los estratos espirituales más elevados de la creación artística humana. Pero no puedo contra mi naturaleza. Necesito contactarme con mi costado escatológico, pobrecito. Mi yin y mi yang. Mi pedantería y mi guarrez de bajo fondo. No me tengan lástima, ustedes son iguales (tomá, te lo dije). Ah, sí...el disco! Nada...España en su versión menos ilustrada. Pero cuando insultan quedan tan cute! El temón? "Hijueputa". "Aunque tengas más poder que los testículos de Dios..." el resto deriva paulatinamente hacia lo impublicable.

Y bueh...es lo que hay!

Breve anécdota personal: en mi bienamado foro de Fórmula Uno un amigo californiano (es culto, fuma pipa, y le gusta la Fórmula Uno...se equivocó de continente, obviamente) escribió sobre el amor y bufarradas por el estilo. He ahí algo que no podré volver a leer. Se puede llorar tanto leyendo un foro de Fórmula Uno??? Los filósofos tenían razón, hay temáticas universales: el Amor, la Libertad, el Ser, el Control de Tracción...

domingo, 13 de enero de 2008

Un aplauso para el asador!!!

Bueno, andaba con mucha fiaca como para postear algo, pero alguna vez hay que recomenzar la actividad bloggística. Además, he recibido pedidos de la amable teleaudiencia para que escriba, y yo me debo a mi público. Ponele.

Entre los temas pensados estaban: otra breve sinopsis de lo acontecido desde mi último post (se las hago corta: está todo liso); pensamientos inspirados en un asado al que asistí y el comienzo de una serie de posts sobre historia. Dado que supongo que la parte de historia no es muy carismática (si a alguno le interesa, que levante la mano y lo escribo), finalmente elegí la opción dos.

Brevemente: fui invitado a un asado de los compañeros de laburo. Ante la pregunta de Meli, la anfitriona: "quién se encarga de hacerlo?", y ante el silencio que siguió, me ofrecí a hacer las veces de asador a cargo.

Vale aclarar que no estamos hablando de una parrillada repleta de exóticos cortes (como centro de entraña, o chuletas de caribú) sino de unas hamburguesas y unos pedestres chorizos. Lo cual no obstó para que todos me miraran con desconfianza, al grito de "pero vos sabés hacer asado? sabés prender el fuego y todo?". Nada de lo que les dije los tranquilizó. Por supuesto que las muchachas finalmente se maravillaron de que la choripaneada me haya salido bien.

Féminas del mundo, llegó el momento de revelarles uno de los secretos más celosamente guardados por el vello sexo: cualquier mono aúllador rabicorto medianamente entrenado puede hacer un asado, fuego incluído. Toda la actividad de un asado es menos compleja que la que se necesita para preparar un kilo de milanesas o planchar una camisa, y ciertamente más divertido.

"No! No! Blasfemia! Enciendan la hoguera!" gritarán algunos, escandalizados. Y empezarán a recitar frases del tipo "hay que saber prender un fuego", "hay que saber cuál es el punto justo de la carne". Permítanme desmitificar esto.

"Hay que saber prender un fuego": Señores, es carbón lo que usamos. No amianto, no fango, carbón. El carbón es combustible por naturaleza (denserio). Agreguen papel y un fósforo. Voilà! Bienvenidos al neolítico! Lo difícil es no saber prender un fuego. Si uno apila los carbones y les tira unos papeles, el fuego va a prender. Si uno no tiene idea puede que necesite usar más de un fósforo, pero no va a tardar más de 5 minutos más que aquél que se considera experto.

"Hay que saber cuál es el punto justo de la carne": Es cierto. También es válido para las tostadas, el pollo al horno, las papas fritas, etc. Sin embargo, esas otras comidas no son miradas como una religión mistérica, al revés que el asado. Se corre el riesgo de un asado crudo, o muy cocido. Se corre el mismo riesgo haciendo un bife a la plancha.

Por qué, entonces, ese aura de riesgo extremo, de actividad sólo apta para hombres que cazan su propia comida ahorcando leones desarmados con la mera fuerza de sus bíceps? Es simple, nos permite a los hombres mandarnos la parte, sumar puntos y, lo más importante, evitarnos el hacer otras tareas domésticas que las mujeres en ese caso hacen con gusto, dado que el hombre "se está sacrificando" haciendo asado. Preferimos hacer asado a limpiar la lechuga, sépanlo.

El asado permite esto gracias a sus peculiares características. Basta con ponerse en personaje de asador, para inspirar un temor cuasi religioso. El asador se aleja del grupo social bullanguero, al que mira de lejos con cierta condescendencia mientras frunce el ceño y coloca los carbones con el cuidado de un ingeniero nuclear plantando celdas en Atucha. La construcción de algunos fuegos parece implicar el mismo esfuerzo que la Catedral de Santa Sofía, en Constantinopla. Luego viene el soplido, el apantallamiento y la magia del fuego crepitante. El asador se acercará cada tanto al grupo social. Pero siempre algo distante, la mirada perdida en intrincados cálculos de tiempos de cocción de achuras, de corrientes convectivas de calor sobre la parrilla para evitar que se arrebaten los chorizos. Al poco rato, volverá a su oscuro arte. Es un prócer y tiene una misión. El resto habla y está de guasa. El parrillero aguanta el calor, es un ícono del trabajador marxista, con su palita y el broncíneo fulgor en su frente.

Luego de una hora, hora y media de inactividad casi absoluta salvo por el jugueteo compulsivo con la carne y las brasas, el parrillero, ese nuevo Prometeo, entrega su don a los mortales: carne preparada de la manera más básica.

Con falsa modestia, bajará los ojos ante el inevitable: "Un aplauso para el asador!"