martes, 12 de agosto de 2008

En Defensa de la Infelicidad

(Primero de una serie de discursos que nunca daré en defensa de todo aquello que nos diferencia de los animales)

Señores, hemos sido estafados.

Desde los albores de la humanidad, se nos ha venido con la cantinela de la búsqueda de la felicidad. El consumo, la creación artística, la religión, el sexo, las drogas, la protoplastocultura...todo en nombre de la felicidad inalcanzable cual punto negro rebelde en la parte menos accesible de nuestras espaldas.

Ya estuve ahí. Y volví.

La mano es así: mientras sos infeliz, tu vida es una tragedia griega. La injusticia del mundo pesa sobre tus hombros. La soledad te acecha, una sombra en tu pared descascarada que se agiganta con los años. La incomunicación, el sinsentido de la existencia, la falta de libertad...he ahí el condimento de tus angustias, el propelente de tus pesadillas.

Y, de repente, llega la felicidad. Bienvenido al mundo del smiley eterno. Vivís en una publicidad de desengrasante de cocinas que no tiene fin. Momento...qué es esto? No puedo bajar estos kilitos de más? Estoy apurado yendo a mi trabajo perfecto y se me desatan los cordones de los zapatos? Qué es esta manchita en mi piel? Ayer no estaba ahí...Por qué gotea esa canilla? Le cambié el cuerito ayer...Las pequeñas, mínimas angustias se multiplican como pecas. Ya no tenés más problemas, tenés contratiempos...pero éstos se acumulan...son una fila de hormigas que avanza, implacable.

No vayan a Villa Felicidad. Ya lo dijo Bukowski: "Mantente alejado de dios/permanece angustiado/deslízate"

Y así es como dejé mi felicidad de lado. Quiero ser el dueño de mis angustias.

2 comentarios:

Icaro dijo...

Odio a la gente feliz!

Anónimo dijo...

PODES SER EL DUEÑO DE TUS ANGUSTIAS SI ESO TE HACE FELIZ...
QUE BUENO QUE HAYAS VUELTO A ESCRIBIR
MARCE