Sucesión de escritorios que no combinan entre sí: un escritorio de pesada caoba junto a un destartalado mueble de metal, junto a un archivador sobreviviente de los bomardeos de londres en la segunda guerra.
Paredes llenas de carteles pegados con cinta scotch con recordatorios incomprensibles ("Batch ACCPQ30ASM, correr todos los lunes"), recortes de diario, pésimos poemas apócrifos de Borges, pésimos poemas auténticos de Santa Teresa de Calcuta. Fotos descoloridas, escudos de fútbol.
Eterno resplandor de un fluorescente sin recuerdos. Números de inventario en la silla que está delante tuyo y que vas a memorizar en las siguientes 4 horas que vas a estar esperando sentado ahí.
Estanterías....interminables estanterías llenas de carpetas destartaladas y rebosantes de comprobantes. "FOPSA - Año 86", "RECIBOS A-B, "CREDITOS JULIO", "PRESTAMO CITI"...
Gente que obviamente no está haciendo nada. Gente que parece estar muy ocupada, aunque tampoco está haciendo nada. Café. Clips perdidos en la alfombra.
Horas perdidas en un trámite que vos no pediste hacer y que ellos no quieren recibir.
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