viernes, 7 de septiembre de 2007
Orígenes Cuasi Míticos de Villa Crespo
Quise unirme a esa masa sudorosa de adocenados pseudo historiadores/arqueólogos que, aupados al caballito del turismo, se dedican a convertir al más intrascendente de los adoquines en una pieza única e irrepetible de nuestro proceloso pasado.
Parece que se hace guita, así.
Esta nueva y fascinante sección de mi blog, les permitirá a ustedes, caterva de ignaros, nada menos que descubrir el maravilloso multiverso crespense.
Iniciamos el recorrido con uno de los íconos del barrio. Qué digo del barrio!! De la ciudad!!!
Nada menos que la mercería "Veromar".
Algunos historiadores, faltos de imaginación, atribuyen su nombre a la conjunción de "Verónica" y "Marcela", supuestas hijas del fundador. Nada más lejos de la verdad! Proviene de "Verónica" y "Marcelo".
Esta mercería (y botonería, a partir de su vertiginosa expansión en los '60) es propiedad del legendario Gianbattista Schejtman, también conocido como "El Plantígrado" Schejtman. Fue uno de los primeros inmigrantes en arribar a estas costas, junto con los gliptodontes y megaterios.
Al decir de Leopoldo Marechal, conocedor como pocos de los vericuetos de Villa Crespo: "Gianbattista es Villa Crespo. Villa Crespo es Gianbattista. Federico Klem es comilón"
En la vidriera de estilo neo-románico, allá por el año '49. La mercería "Veromar" introdujo una innovación llamada a cambiar la forma de comunicación tanto como Internet, o las señas del truco: el afiche de "Doy clases de inglés, voy a domicilio". El afiche original aún puede observarse en el Museo Clarkson de Colombofilia, colección "Veromar".
Contar las innumerables anécdotas alrededor del augusto local excede el enfoque de este blog, por lo que me despido de ustedes hasta el próximo post.
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